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¿Qué es el estado de indefensión y cómo superarlo?

Introducción

El estado de indefensión es un fenómeno psicológico que se produce cuando una persona se siente incapaz de controlar una situación, ya sea porque está siendo sometida a una experiencia aversiva o porque no tiene las habilidades necesarias para hacer frente a las demandas del entorno. El término fue acuñado por el psicólogo estadounidense Martin Seligman en 1967, tras observar el comportamiento de perros que habían sido sometidos a descargas eléctricas incontrolables.

Desde entonces, muchos estudios han demostrado que el estado de indefensión no es exclusivo de los animales, sino que también afecta a los seres humanos. En este artículo, vamos a profundizar en este tema y analizar las formas en que podemos hacer frente a esta situación.

¿Qué es el estado de indefensión?

El estado de indefensión se produce cuando una persona se siente incapaz de controlar una situación, ya sea porque está siendo sometida a una experiencia aversiva o porque no tiene las habilidades necesarias para hacer frente a las demandas del entorno. Esta sensación de impotencia puede generar sentimientos de frustración, tristeza y desesperanza.

Por ejemplo, si una persona se encuentra en una situación en la que está siendo sometida a abuso físico o verbal por parte de otra persona, puede sentirse indefensa, ya que no puede controlar lo que está sucediendo. Del mismo modo, si una persona se encuentra en una situación de alta exigencia laboral para la que no tiene las habilidades necesarias, puede sentirse impotente e incapaz de hacer frente a las demandas.

¿Cómo afecta el estado de indefensión a nuestra salud mental?

El estado de indefensión puede tener consecuencias negativas para nuestra salud mental, ya que puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos como la depresión y la ansiedad. Cuando una persona se siente indefensa, es posible que pierda la motivación para tomar medidas para cambiar su situación, lo que puede agravar aún más la sensación de impotencia.

Además, el estado de indefensión puede tener un efecto negativo en nuestra autoestima y autoconcepto, ya que puede hacernos sentir menos valiosos y competentes. Si nos acostumbramos a sentirnos indefensos en situaciones difíciles, es posible que nuestra confianza y seguridad en nosotros mismos disminuyan.

¿Cómo podemos superar el estado de indefensión?

Aunque el estado de indefensión puede ser difícil de superar, existen algunas estrategias que pueden ayudarnos a hacer frente a esta situación. Aquí te compartimos algunas:

1. Aceptar nuestras emociones:

Cuando nos encontramos en una situación de indefensión, es normal sentirnos tristes, enojados o desesperados. En lugar de negar estas emociones, es importante reconocerlas y aceptarlas como parte de nuestra experiencia.

2. Identificar lo que podemos controlar:

Aunque hay cosas que están fuera de nuestro control, también hay muchas otras que sí podemos controlar. En lugar de centrarnos en lo que no podemos hacer, es importante identificar qué acciones podemos tomar para mejorar nuestra situación.

3. Pedir ayuda:

Pedir ayuda a amigos, familiares o profesionales de la salud mental puede ser de gran ayuda cuando nos sentimos indefensos. Contar con una red de apoyo puede ayudarnos a sentirnos menos solos y a obtener perspectivas diferentes sobre la situación.

4. Aprender nuevas habilidades:

Si nos encontramos en una situación en la que no tenemos las habilidades necesarias para hacer frente a las demandas, es posible que podamos adquirirlas. Tomar un curso o entrenamiento puede ser una forma efectiva de adquirir nuevas habilidades y aumentar nuestra confianza en nosotros mismos.

Conclusión

En resumen, el estado de indefensión es un fenómeno psicológico que puede afectar a nuestra salud mental y bienestar. Aunque puede ser difícil de superar, existen estrategias que podemos utilizar para hacer frente a esta experiencia. Es importante que aceptemos nuestras emociones, identifiquemos lo que podemos controlar, pidamos ayuda y aprendamos nuevas habilidades para mejorar nuestra situación. Al hacerlo, podemos recuperar nuestro sentido de control y bienestar emocional.

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