Introducción
El derecho es una de las ciencias más complejas y antiguas que existen en todo el mundo. El derecho se encarga de regular los comportamientos humanos, establece las normas y los procedimientos que deben seguirse en cada situación, y se convierte en la base de la sociedad. Dentro de esta rama del conocimiento jurídico, una de las cuestiones más destacadas se relaciona con la prescripción en derecho.
La prescripción en derecho hace referencia al plazo que tiene una persona para reclamar un derecho o acción ante un juzgado. Pero, ¿cómo se puede prescribir en derecho? ¿Cuáles son los plazos que deben respetarse? En el presente artículo, responderemos a todas estas preguntas y te ofreceremos información valiosa para que puedas comprender este importante aspecto del derecho.
Prescripción en derecho: conceptos básicos
La prescripción en derecho puede definirse como el tiempo que tiene una persona para ejecutar una acción. En otras palabras, existen períodos establecidos por la ley, durante los que una persona puede hacer valer un derecho o demandar una acción legal. Si una persona no inicia su acción legal dentro del período prescrito, pierde cualquier derecho a reclamar.
De este modo, la prescripción en derecho es un mecanismo que protege tanto a los demandantes como a los demandados. En este sentido, permite que los demandados tengan finalmente certidumbre sobre los disturbios legales, económicos y fiscales que se cernían sobre ellos. Para los demandantes, establece límites temporales, alentándolos a presentar sus reclamaciones tan pronto como les sea posible.
Plazos de prescripción en derecho y tipos de prescripción
En general, los plazos de prescripción en derecho pueden variar de acuerdo con la causa, la persona y los hechos que sean objeto de una demanda. Es por ello que debemos distinguir entre plazos generales y plazos especiales.
En este sentido, los plazos generales son aquellos que se aplican en general a la mayor parte de las acciones legales y se establecen en un plazo de cinco años. Sin embargo, existen determinados casos que tienen plazos más reducidos, de dos o tres años.
Por otro lado, en cuanto a los plazos especiales, estos suelen referirse a opciones más específicas como alternativas extrajudiciales o convenios interpartes. Estos plazos pueden ser inferiores a cinco años como ocurre con las acciones hipotecarias en las que se establece un plazo de un año.
Además, junto con los plazos de prescripción en derecho se pueden encontrar diferentes tipos de prescripción. La prescripción positiva, que otorga un derecho adquirido por el pasaje del tiempo, y la prescripción negativa, que ocurre cuando se extingue una acción por el transcurso del tiempo sin usarse.
¿Cómo se inicia el plazo de prescripción en derecho?
En términos generales, el plazo de prescripción comienza a contar a partir del momento que se presume el agravio o el daño. El inicio del plazo de prescripción es, por tanto, muy importante para no perder el derecho a la acción.
Por supuesto, existen algunas situaciones particulares en las que el plazo de prescripción comenzará a contar en un momento diferente. Por ejemplo, si la acción pretendida depende de una actividad administrativa, sería el momento en que la autoridad competente pueda resolver.
En cualquier caso, lo más importante es conocer el momento exacto en que el plazo de prescripción comienza a correr. Si este dato no está claro, podría perderse el derecho a reclamar o incluso ser objeto de una acción legal desfavorable.
Conclusión
En conclusión, la prescripción en derecho hace referencia a la limitación de tiempo que existe para presentar una acción legal. En la mayoría de los casos, este plazo es de cinco años, aunque existen algunas circunstancias en las que puede ser inferior. De cualquier modo, es importante conocer con certeza cuándo comienza el plazo de prescripción, para que no se pierda el derecho a la acción. La prescripción es un mecanismo que protege tanto a los demandantes como a los demandados. Si no se respetan los plazos, se corre el riesgo de perder la posibilidad de hacer valer un derecho por siempre. Es, pues, fundamental contar con información actualizada y especializada para conocer los plazos, las formas y los medios legalmente disponibles para actuar de manera oportuna y evitar que se extinga algún derecho, en atención a los principios de seguridad jurídica y certeza del derecho.