Introducción
En las sociedades modernas la mayoría de los actos humanos se realizan bajo el marco de la ley. La ley es la normativa que nos rige en nuestras relaciones sociales y nos permite establecer los límites en las interacciones entre los individuos y entre estos y las instituciones públicas y privadas. Uno de los tipos de leyes que encontramos es la ley ordinaria, cuyo origen, contenido y aplicación hacen de ella una herramienta fundamental en la administración de justicia.
¿Qué es una ley ordinaria?
La ley ordinaria es una norma jurídica promulgada por el poder legislativo de un país. Este tipo de ley tiene por objetivo regular aspectos generales de la vida social y política de un país. A diferencia de las leyes constitucionales, la ley ordinaria no se encuentra en la cúspide del ordenamiento jurídico, sino que existe a un nivel subordinado.
Contenido de una ley ordinaria
El contenido de una ley ordinaria puede abarcar diferentes disciplinas. En ocasiones se utilizan para establecer regulaciones sectoriales, como en el caso de las leyes ambientales, sanitarias, laborales, entre otras. Otras veces, su objetivo es regular aspectos relacionados con la convivencia social, como el derecho de familia, el derecho penitenciario, derecho comercial, etc.
La ley ordinaria es el resultado del proceso legislativo, que se lleva a cabo en el poder legislativo. Este proceso comienza con la presentación de un proyecto de ley que da respuesta a un problema social reconocido o a la necesidad de actualizar alguna materia legal ya existente. Posteriormente, se llevará a cabo su discusión y aprobación en las diferentes instancias parlamentarias, hasta que finalmente se promulga como ley.
Aplicación de las leyes ordinarias
Una vez aprobadas, las leyes ordinarias se convierten en obligatorias para todas aquellas personas que estén dentro del ámbito que la ley regula. Es decir, la aplicación de la ley ordinaria está destinada a cualquier persona, ya sea natural o jurídica, que realice actividades dentro del territorio del país y que estén sujetas a sus regulaciones.
El incumplimiento de las leyes ordinarias puede tener consecuencias civiles o penales para los infractores. Así, el derecho destinado a la interpretación y aplicación de las leyes se encuentra en manos de los jueces y tribunales, quienes aplicarán la ley a través de técnicas de interpretación jurídica.
Conclusiones
La ley ordinaria va mucho más allá de su significado literal. Es la herramienta básica de la convivencia social, ya que regula las relaciones interpersonales. En cada país, la ley es una herramienta de la administración de justicia necesaria para proteger los derechos de los ciudadanos. Además, nos permite, como sociedad, establecer los principios que rigen las interacciones humanas en el ámbito legal. Si como ciudadanos conocemos las leyes ordinarias y las aplicamos correctamente, estaremos contribuyendo a un desarrollo social más pacífico y justo. Por ello, es de vital importancia conocer, entender y aplicar las leyes y normas que nos rigen.