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¿Qué es la teoría causalista del delito? Descubre sus principios fundamentales aquí

Introducción

La teoría causalista del delito es una de las teorías jurídicas más representativas en todo el mundo. Esta teoría sostiene que la conducta delictiva se produce como resultado de una causa, ya sea acción u omisión, que está relacionada directamente con el resultado dañino de la acción. En este artículo, profundizaremos en la teoría causalista del delito y sus implicaciones.

Elementos del delito según la teoría causalista

La teoría causalista del delito se basa en 3 elementos básicos: la acción, la culpabilidad y la imputabilidad.

La acción es la primera condición que se debe cumplir para que una conducta sea considerada delito desde la óptica causalista. La acción es la realización de una conducta que provoca un resultado que puede ser considerado ilegal. En este sentido, la conducta debe ser realizada por el sujeto activo del delito y debe ser la causa última del resultado lesivo.

La culpabilidad es el segundo elemento que debe estar presente para poder hablar de delito, según la teoría causalista. La culpabilidad implica la conciencia y voluntariedad de la acción por parte del sujeto activo del delito, ya sea una acción u omisión directamente vinculada con el resultado.

Por último, la imputabilidad se refiere a la posibilidad de imputar la acción a una persona responsable y con capacidad para entender la consecuencia de sus actos. Si el sujeto activo no tiene capacidad para comprender la ilicitud de su acción, se considera que es inimputable.

Diferencias entre el causalismo y el finalismo

La teoría causalista del delito está en contraposición a la teoría finalista del delito. El finalismo sostiene que la acción es el resultado de la voluntad humana y que el resultado es siempre una consecuencia directa y buscada por el sujeto activo del delito.

La principal diferencia entre el causalismo y el finalismo radica en el papel que juega la voluntad del sujeto activo del delito. Según el causalismo, la voluntad del sujeto activo no es relevante para la calificación del delito, ya que solo se considera la relación causa-efecto entre la acción y el resultado.

En cambio, el finalismo sostiene que la conducta delictiva es el resultado directo de la voluntad del sujeto activo y que esta conducta debe ser juzgada en función de la intencionalidad del sujeto.

Criticas a la teoría causalista

Aunque la teoría causalista del delito cuenta con una base sólida, también ha enfrentado críticas por parte de algunos juristas. Una de las críticas más comunes se refiere a la excesiva simplificación que realiza de la complejidad del comportamiento humano. La teoría causalista asume que la conducta humana es simplemente una cuestión de causa y efecto, y que todo acto delictivo puede ser explicado a través de esa relación.

Otra crítica a la teoría causalista del delito se refiere a su incapacidad para explicar casos de delitos cometidos por imprudencia o negligencia. La teoría causalista solo se enfoca en los casos en los que hay intencionalidad por parte del sujeto activo, lo que hace que sea difícil encontrar una explicación causal para los delitos que son cometidos por falta de precaución o descuido.

Conclusion

En resumen, la teoría causalista del delito es una de las teorías jurídicas más importantes en el derecho penal. Esta teoría propone que la conducta delictiva se produce como resultado de una causa, ya sea acción u omisión, que está relacionada directamente con el resultado dañino de la acción. La teoría causalista se diferencia de otras teorías, como el finalismo, en la importancia que se le da a la intención del sujeto activo. Aunque ha enfrentado críticas por ser demasiado simplista, la teoría causalista sigue siendo relevante en el derecho penal actual.

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